Escudo Institucional
El Escudo Institucional, con su simbología heráldica intenta recrear toda la experiencia institucional y el protagonismo educativo que ha tenido nuestro Profesorado desde sus comienzos.
La forma del escudo remite a la heráldica española por el origen de nuestra Iglesia Argentina.
El campo está dividido en cuartos. El verde o sinople corresponde al Consejo Superior de Educación Católica, que utiliza este color institucional. Los tres campos sinoples aluden a la Santísima Trinidad y el cuarto campo azul o azur claro remite a Nuestra Señora la Virgen María por el origen histórico de nuestra institución: nuestro primer rector y gran impulsor, el Hno. Septimio Walsh, pertenecía a la congregación marista.
La cruz que divide el campo afirma los valores y la fe que profesamos.
En los “cuarteles”, encontramos cuatro elementos esenciales en el ámbito de la educación católica y en el ideario de nuestra institución:
Ciencia, considerando que constituye una herramienta fundamental para comprender al hombre y al universo en un amplio sentido positivo, abarcando a las formales, las naturales y las sociales. El símbolo es un libro, medio histórico para comunicar y preservar los conocimientos a lo largo de la historia de la humanidad.
Fidelidad, manifestación del amor incondicional a Dios, a su llamado y a la Santa Madre Iglesia. El símbolo elegido es la oveja que con sencilla obediencia, conoce la voz de su Pastor, -presencia marcada en el cayado-, al cual sigue aún en los momentos de peligro, con la plena confianza de que en Él reside su salvación.
Constancia, actitud que procede de la fortaleza espiritual a la que también estamos llamados, y sin la cual muy difícilmente podamos obtener frutos duraderos en la tarea docente. El símbolo de la estrella alude a Santa María Virgen, “Lucero del alba”, por ser ella modelo de constancia, e intercesora ante Nuestro Señor para que seamos también constantes en nuestros deberes.
Sabiduría, don del Espíritu Santo y objetivo último de todo proceso educativo, se simboliza con el fuego. Si bien es un regalo de Dios, a través del estudio de las ciencias, de la fidelidad a nuestra vocación y de la constancia en el trabajo podemos acercarnos a ella y madurar nuestra persona, recibiéndola y entregándola a los demás en el quehacer formativo.
Exteriormente acompaña el nombre de nuestra institución: Instituto del Profesorado del Consudec Septimio Walsh. Como coronamiento, se presenta en banda ondulada nuestro lema: Formando para educar.